Fernando Velasco y Rubén Arcos (eds.)
Madrid: Ministerio de la Presidencia; Plaza y Valdés España
Publication year: 2014

Actas del Tercer Congreso Internacional de Inteligencia. Barcelona, 12 de Noviembre de 2012.

El buen gobierno exige un equilibrio entre inteligencia y gobernanza. A su vez, el buen gobierno de la inteligencia demanda instrumentos que faciliten y garanticen que los análisis que se proporcionan estén conducidos por los principios de la objetividad, el pensamiento crítico y el interés común. Los profesionales de la inteligencia deben trabajar en entornos donde se favorezcan el pensamiento creativo y el pensamiento crítico, tanto como la experiencia y los procesos establecidos. Igualmente, la inteligencia demanda del decisor una actitud activa que facilite conocer los objetivos y necesidades para los cuales se requiere de inputs analíticos. El peligro de que la inteligencia sea utilizada para legitimar decisiones a priori de carácter partidista o interesadas, siempre estará ahí. Por ello, las democracias deben mantenerse alerta ante estos peligros y dotarse de los instrumentos apropiados para contrarrestar o dificultar que esto suceda. La confianza en las instituciones es un principio clave en las democracias, que se gana con los hechos en el día a día. La educación en inteligencia es también un instrumento que debe aprovecharse para solventar estos peligros y para consolidar las democracias. La ignorancia o el desconocimiento también pueden llevar a conductas o preconcepciones inadecuadas con respecto a los servicios de inteligencia por parte del gobernante o del legislador.
Las contribuciones presentadas al Tercer Congreso Internacional de Inteligencia que recoge este volumen, se hacen cargo de algunas de las cuestiones centrales que afectan a la inteligencia en su relación con la gobernanza democrática.